La calle Estruc es un estrecho pasaje entre las calles Fontanella y Comtal en la que vivieron algunos brujos de Barcelona.
Sí, has leído bien: brujos. De los que lanzan conjuros, enseñan en colegios de magia y te convierten en Rey de toda Inglaterra. Seguro que has pasado por aquí cientos de veces sin darte cuenta de su simbología. La calle Estruc, que une Fontanella y Comtal, es estrecha y oscura. El lugar perfecto para situar el Callejón Diagon barcelonés (¡nunca se sabe!). Un spoiler, después de leer este artículo prueba a recorrerla una vez más porque seguro que notas que aquí hay algo fuera de lo normal.
Su historia comienza en el siglo XIV, tiempo en el que vivía un tal Astruc Sacanera, conocido como “el brujo Sacanera”. No obstante, hay referencias que demuestran que el nombre ya venía de antes, concretamente de dos siglos atrás. Durante la Edad Media las calles a veces adoptaban el nombre o apellido de la familia que la habitaba y en este caso, era el Carrer de n’Astruc. Astruc, además, significa “suertudo, que tiene buen astro”. También se refiere a unas hierbas medicinales y, por tanto, se vinculaba con sanadores, astrólogos y brujos.
El brujo Sacanera
En el siglo XV recibía el nombre de Astruc Sacanera o carrer d’Astruc Sacanera porque en el número 14 vivía un brujo que poseía una piedra especial con poderes curativos. Era la escurçonera y se utilizaba para curar las picaduras de víboras y serpientes. También era experto en sacar muelas, arreglar huesos o quitar el mal de ojo. Afortunadamente, era un brujo de los buenos.
En la década de los ochenta Ricard Bru, alquimista y médium, obtuvo los permisos necesarios para conmemorar la historia de la calle Estruc. Los números de los portales están decorados con referencias a la religión, la mitología y la magia. Si te fijas, se puede leer palabras como Jehová o Emmanuel, hay símbolos alquímicos o alusiones a la naturaleza.
¿A que ahora tienes ganas de volver a la calle Estruc para comprobarlo por tu cuenta?
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