La exposición «Durero, maestro del Renacimiento» ha abierto sus puertas en Barcelona con los gravados más representativos del artista alemán.

Fuimos la semana pasada a visitarla y nos sorprendió mucho, no solo por las obras, sino también por la idea y formato de la propia exposición, que está separada en tres espacios emblemáticos de Barcelona: el Museu Diocesà de Barcelona, la Catedral y el Reial Cercle Artístic de Barcelona. Eso, además de ser muy original y novedoso, te permite conocer estos tres espacios y descubrir las obras en ambientes diferentes.

«Durero, maestro del Renacimiento»

«Durero, maestro del Renacimiento» recoge una selección de los gravados más representativos del artista, desde sus primeras obras anteriores al año 1500 hasta su auge a principios del siglo XVI, que destacan su maestría y su búsqueda constante de la belleza absoluta.

Entre las obras expuestas encontramos títulos emblemáticos como el Gran carro triunfal de Maximiliano I, Melancolía I o El caballero, la muerte y el diablo. La exposición reúne imágenes de temáticas variadas: gravados religiosos, pintorescos, alegóricos y retratos, entre otros. 

Durero y Barcelona 

En 2019 se conmemoran los 500 años de la celebración del XIX Capítulo de Toisón de de Oro, convocado por el Emperador Carlos V a la Catedral de Barcelona, uno de los acontecimientos de política europea más importantes del momento y que contribuyó al conocimiento internacional de la ciudad. El coro de la Catedral de Barcelona se reformó con este motivo por algunos de los artistas flamencos, alemanes y españoles más importantes del momento y es una de las escasas catedrales que ha sabido mantenerlo hasta hoy. 

La exposición «Durero, maestro del Renacimiento» establece un diálogo con la ciudad de Barcelona, puesto que reconoce la conservación del coro de la Catedral, a pesar de los hitos históricos y la necesidad de espacio para la celebración de sucesivos acontecimientos religiosos a lo largo de los últimos 500 años.

La exposición coincide también con el 500.º cumpleaños de las exequias del Emperador Maximiliano en la Catedral de Barcelona. Maximiliano contaba con la colaboración de Durero, el artista alemán más importante del momento, para asegurar la difusión de su imagen e influencia a través de los grabados.

También es clave la influencia que Durero ha ejercido hasta hoy en día en artistas locales de gran relevancia, como es el caso de Josep Maria Subirachs en su obra en la Sagrada Familia, una puerta de la cual hace referencia al famoso grabado de Durero «Melancolía».

Por todo esto, la exposición recuerda mediante la figura de Durero los lazos culturales que se habían establecido entre Barcelona y los territorios que ocupan la actual Alemania durante la época del artista. Lazos que se evidencian ahora con motivo de la muestra, pues esta cuenta con la colaboración del Museo Casa Durero de Nuremberg y el Museo Fugger y Welser de Augsburgo, en Alemania.