El 11 de septiembre se celebra la Diada o Día de Cataluña, que conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas.

Los catalanes tienen una idiosincrasia especial. En pocas partes del mundo encontrarás un lugar que haga de una derrota histórica una fiesta por todo lo alto. Es el caso del 11 de septiembre, el Día Nacional de Cataluña o, simplemente, la Diada. Este mismo día en 1714 Barcelona se rindió ante las tropas del duque de Berwick en el contexto de la Guerra de Sucesión española (1701-1713). La ciudad condal resistió a catorce meses de sitio, que se zanjaron con la victoria de Felipe V de Borbón y la abolición de las instituciones catalanas con los Decretos de Nueva Planta.

La derrota no se conmemoró de forma oficial hasta 1886, coincidiendo con el auge del catalanismo a finales de ese siglo. Este movimiento exaltaba la personalidad propia de Cataluña: su lengua, historia y tradiciones culturales. Fue una fiesta religiosa y conservadora en Santa María del Mar en honor a la valentía de Barcelona y la defensa de sus privilegios. El tono nacionalista llegaría con la Segunda República.

La Diada en nuestros días

Durante el Franquismo se prohibió la celebración de la Diada, así como cualquier manifestación cultural vinculada a Cataluña. La fiesta resurgió en 1977, con la llegada de la democracia. Y lo hizo a lo grande, bajo el lema  “Llibertat, Amnistia, Estatut d’autonomia”. Desde entonces, y especialmente en los últimos años, el 11 de septiembre tiene un tono reivindicativo.

El 11 de septiembre es festivo y una gran oportunidad para sumergirte en la historia de Cataluña y su cultura popular. Puedes hacerlo visitando gratis algunos museos de Barcelona, conciertos en la calle, charlas, proyecciones, castellers y/o actividades familiares por toda la ciudad.