La plaza de San Felipe Neri aún conserva los restos de metralla de la bomba que, el 30 de enero de 1938, mató a 42 personas (la mayoría de ellas, niños).

La Plaza de San Felipe Neri, en el barrio Gótico de Barcelona, es uno de los lugares más agridulces que existen. Por un lado, siempre verás a algún niño correteando, un turista haciendo fotos o a dos enamorados disfrutando del paisaje. Eso produce alegría y paz, ya que aquí se respira una calma especial. Por otro, si te fijas en los boquetes de las paredes que la rodean, la sensación es de melancolía. Son las cicatrices de una tragedia que ocurrió en 1938, en plena Guerra Civil.

La historia de la plaza de San Felipe Neri está llena de muerte, pero también de esperanza y bondad. Como el santo que le da nombre. Para empezar, se erige sobre el antiguo cementerio medieval de Montjuïc del Obispo, destruido durante la Guerra Civil. A este conflicto corresponde la historia que le marcó para siempre. El 30 de enero de 1938 se produjo uno de los peores episodios del conflicto. La Aviación Legionaria Italiana, que era aliada de Franco, atacó el Eixample, la Barceloneta y, especialmente, el Barrio Gótico. Utilizaron una técnica dirigida a maximizar el número de muertes: bombardeaban, detenían el fuego y, cuando la población pensaba que el ataque había terminado y salía de sus escondites, volvían a empezar.

plaza de san felipe neri
Restos de la bomba que cayó en la plaza de San Felipe Neri en 1938.

La Iglesia de San Felipe Neri, que le da nombre a la plaza, servía de refugio para las personas que vivían en las zonas ocupadas por el Ejército Nacional y los estudiantes de la escuela contigua a la iglesia. Durante el ataque, una de las bombas atravesó el suelo de la iglesia, arrebatando la vida de 42 personas, la mayoría eran niños.

 

La Plaza de San Felipe Neri después de la Guerra Civil

Una placa en la plaza de San Felipe Neri deja constancia de la tragedia y rinde homenaje a las víctimas. Sin embargo, el recordatorio más impactante está en las paredes de la iglesia. Los agujeros que cicatrizan en sus muros son los restos de la metralla de la devastadora bomba.

Hoy, los niños de la Escola Sant Felip Neri suelen jugar por aquí durante su recreo. El colegio se inauguró en 1959 y de siempre los escolares habían jugado en la plaza. Con el paso de los años este rincón escondido del Gótico se ha hecho famoso entre locales y turistas. De hecho, llegó un punto en el que tuvo que tomar medidas para que los escolares pudieran disfrutar libremente de su descanso. Por eso,no se puede acceder a este espacio de lunes a viernes de 10:30 a 11:30. 

La Plaza de San Felipe se ha hecho conocida, entre otras cosas, por aparecer en películas, videoclips y canciones. Las más populares son Vicky Cristina Barcelona (la cámara la enfoca a oscuras durante unos instantes) y El Perfume. Es cuando el sádico protagonista, Grenouille, estrangula accidentalmente a una vendedora de ciruelas y se frustra porque no puede conseguir su olor.

Otra de sus apariciones estelares fue en el 2000, con el videoclip de My Immortal del grupo Evanescence. Se usa como escenario de una historia de amor imposible, en la que un fantasma (la cantante) se enamora de un humano. También protagoniza Primavera Amagada, una canción de la banda catalana Txarango.