Estas son las algunas de las (demasiado pocas)  mujeres de Barcelona que sí han pasado a la historia.

A raíz de rescatar a esas mujeres de Barcelona que hqn caído en el olvido, hemos elaborado esta pieza sobre esas luchadoras cuyo nombre, afortunadamente, se conoce. O como mínimo te suenan de haberlas estudiado o escuchado, visto o escuchado sus historias.

Estas mujeres, además, marcaron de un modo u otro el devenir de La Rambla, una de las grandes ellas de Barcelona, esa gran fémina sofisticada, culta y luchadora.

Santa Eulàlia

Santa Eulalia fue una mártir del siglo XVII que se rebeló contra la persecución a los cristianos decretada por el emperador Diocleciano. Vivía en lo que hoy sería Sarriá y con trece años, se escapó de su casa para recriminarle al gobernador de Barcino para recriminarle las represiones. Este le obligó a abandonar su fe y ante la negativa de la niña, la sometió a trece tormentos, tantos como años tenía. El último fue crucificarla en una cruz en forma de aspa.

Santa Eulàlia es copatrona de Barcelona junto con la Virgen de la Merced. Uno de los edificios más importantes del Barrio Gótico está erigido en su nombre, la Catedral de la Santa Cruz y la Santa Eulalia de Barcelona.

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La ‘gegantona’ Laia durante la celebración de las fiestas de Santa Eulàlia.

 

Isabel Güell

A la hora de hablar de la familia Güell solo se recuerda a Eusebi, mecenas y amigo de Antoni Gaudí. Sin embargo, este apellido no solo estaba vinculado al mundo de la arquitectura. La hija del industrial, Isabel Güell (1872-1956) fue una prodigiosa del piano y el órgano. Una mujer compositora a finales del siglo XIX y principios del XX era algo insólito.

No se veía con muy buenos ojos, aunque fuera de clase alta. Aun así, ella consiguió hacerse hueco en un mundo de hombres elaborando sus propias piezas y musicando poemas de Jacinto Verdaguer. Vivió en el Palau Güell, en La Rambla, donde este año se interpretarán sus piezas con motivo del Año Güell.

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Isabel Güell.
La Moños

Su verdadero nombre era Dolors Bonella i Alcázar pero ha permanecido en la memoria como La Moños. Una anciana menuda, con la cara mal maquillada y ropa estrambótica y chillona. A principio el siglo XX deambulaba Rambla arriba, Rambla abajo, entonando un verso que repetía en bucle «Senyoret, senyoret vol que li canti una cançó o li reciti un verset?».

Cantaba y recitaba poemas a cambio de unas monedas y alegraba el día a día de barceloneses y turistas. Era tan querida que en plena Guerra Civil se ordenó un alto el fuego para que ella pudiera pasar el cruce entre Diagonal y Passeig de Gràcia. También ha quedado la expresión ser más famosa que La Moños para referirse a alguien conocido.

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La Moños.

 

Maria Callas

María Callas (1923-1977) fue una de las cantantes de ópera más importantes y prodigiosas de todos los tiempos. La conocían como La Divina porque no solo por su amplísimo registro de voz, sino por ser capaz de dar vida y personalidad a los personajes que interpretaba con el talento de una actriz. El 5 de mayo de 1959 el público del Gran Teatre del Liceu pudo comprobar en persona la magia que la soprano derrochaba en el escenario. Fue uno de los momentos más memorables vividos en el teatro.

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María Callas.

 

Las floristas de La Rambla

Con su risa franca y manos mojadas (palabras de Lorca), son las mujeres más importantes de la historia de Barcelona. Sus flores son eternas, no importa la temperatura o el clima que haga. Desde que llegaron en el siglo XIX han servido de inspiración para los artistas, escritores, pintores y paseantes habituales del paseo más emblemático de Barcelona.

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Las floristas de La Rambla.

 

Anna Murià

Anna Murià i Romaní (1904-2002) es una de las periodistas catalanas más importantes del siglo XX. Estudió comercio, contabilidad e inglés en el Institut de Cultura i Biblioteca Popular de la Dona que fundó Francesca Bonnemaison, feminista comprometida con la formación de las mujeres obreras. Fue una mujer inquieta y activa en política. Militó en Acció Catalana, Esquerra Republicana y Estat Català.

Durante la Guerra Civil española y durante el Franquismo defendió con uñas y dientes la supervivencia del catalán, lengua que el fascismo se empeñaba en aplastar. Fue una de las fundadoras de la Associació d’Escriptors en Llengua Catalana y colaboró en publicaciones como La Rambla, Diari de Catalunya o La Dona catalana.  Entre sus obras más destacadas se encuentran Joana Mas, La revolució moral o El meravellós viatge de Nico Huehuetl a través de Mèxic.

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Anna Murià

 

Carmen Laforet

De Carmen Laforet (1921-2004) se sabe ‘nada’ y todo. Con veintitrés años ganó el Premio Nadal con Nada, su primera novela. Llegó a Barcelona para estudiar Filosofía y Letras, experiencia que le inspiraría para crear su obra más conocida. En este recrea a esa sociedad gris de la sociedad de posguerra, sumida en la miseria, pobreza, prejuicios, violencia e inseguridad. Sus páginas recorren Las Ramblas, el barrio chino, Aribau, Drassanes o el Barrio Gótico.

Nada se convirtió en un éxito rotundo, un best seller que se volvió contra ella. Algunas lenguas aseguraban que aquel libro era autobiográfico, hecho que Laforet siempre negó. Ni siquiera su marido la creyó. De hecho, este le obligó a firmar un documento exigiendo que no se aireara ningún detalle de su vida matrimonial. Laforet siguió escribiendo (La isla y los demonios, La mujer nueva, La insolación) pero vivió perseguida por el éxito de su obra novel.

Carmen Laforet.