Hay muchas plazas en Barcelona para desconectar del ajetreo de la ciudad, aprender de la historia y/o disfrutar de la llegada del buen tiempo.
Tranquilas, fiesteras, multiculturales, históricas, artísticas…Hablar de plazas en Barcelona es hablar de una ciudad con diferentes personalidades. Desde la imponente plaça de Catalunya a la discreta Sant Felip Neri, estas son las más destacadas de Ciutat Vella.
Plaça Reial
Un oasis en medio de La Rambla, la calle más concurrida de Barcelona. Es más, se la conoce por sus terrazas, ser una zona de copas y, los más veteranos, por la feria semanal de monedas y sellos. Ha sido testigo de las revoluciones del siglo XIX y XX, de las performances de Ocaña y de un Gaudí desconocido. De este modo, se convierte en parada obligatoria si visitas la ciudad.

Plaça Sant Josep Oriol y Plaça del Pi
Las encuentras adentrándote en el Barrio Gótico por el carrer del Cardenal Casañes (junto a la Casa de los Paraguas). Cada fin de semana, estas dos plazas son la sede de la Mostra d’Art Pintors del Pi-en la que artistas locales exponen sus obras-y la Fira del Col·lectiu d’Artesans d’Alimentació. Si puedes, visita el interior de la Basílica de Santa María del Pi, uno de los pocos edificios verdaderamente góticos del Barrio Gótico.

Sant Felip Neri
Esta plaza tiene un encanto especial. De hecho, lo notas desde el primer instante en el que pones un pie en ella. Es un lugar con cicatrices, marcadas en los muros de la iglesia que le da nombre. Secuelas de algo que nunca debería volver a suceder. Aquí te contamos su trágica historia.

George Orwell
El autor de 1984 vivió la Barcelona revolucionaria de los años treinta y luchó del bando del POUM durante la Guerra Civil. Sin embargo, no tuvo una plaza en su honor hasta 1996. A este espacio se le conoce por otro nombre, la plaza del tripi. El hecho de ser un sitio conflictivo hizo que en 2001 se instalaran cámaras de videovigilancia. Todo una ironía, ¿no crees?

Sant Miquel
Situada detrás del Ayuntamiento de Barcelona, es un lugar tranquilo en el que puedes tomar algo lejos del barullo del centro. Lo más destacado son los tubos metálicos que la presiden. Se trata de un Monumento a los castellers inaugurado en 2012 al que le persigue la polémica (costó 600.000 euros).

Plaça dels Traginers
Es una de esas plazas escondidas que te encuentras un día de casualidad, mientras paseas por el Gótico. Está rodeada por lo poco que queda de las antiguas murallas romanas de la ciudad, lo que lo convierte en un nido de cafés bohemios y encuentros de artistas.

Plaza de la Vila de Madrid
Es una necrópolis romana de los siglos I al III D.C que puede visitarse libremente. Una buena forma de descubrir cómo era la ciudad y las costumbres en tiempos de Barcino. En la misma plaza se sitúa el Ateneu Barcelonés, un espacio para el debate intelectual y la difusión de las bellas artes con más de 150 años de historia.

Plaça de Catalunya
Finalmente, hablamos de la plaza de las plazas. La frontera entre la histórica Ciutat Vella y el Ensanche. Se inauguró en 1927 para convertirse en el centro neurálgico de la ciudad y escenario de sus movimientos culturales y sociales más significativos. Aquí, en el Kilómetro 0 de Catalunya, suceden las protestas políticas y sociales (15-M, mareas, manifestación del 8-M) y se celebran diversos actos culturales a lo largo del año.
