La capital catalana proyecta una imagen de ciudad cosmopolita, cultural, moderna y abierta de mente.
Supón un test de personalidad de Barcelona. Las personas que viven aquí conocen (más o menos) la idiosincrasia de la ciudad pero, ¿qué imagen da para la gente de fuera? El Ayuntamiento ha presentado el informe Barcelona als ulls del món 2019, elaborado por la consultoría Summa. Este analiza la evolución de la marca Barcelona en los últimos diez años que, en líneas generales, ha sido muy positiva.
La imagen de Barcelona es la de una ciudad enriquecedora, perfecta para vivir y desarrollarse, así como para hacer negocios. Cuando se hizo este análisis en 2011 los conceptos que más se asociaban con la ciudad eran su ubicación (España, Cataluña) “fútbol” y “Olimpiadas”. A lo largo de estos años se han incorporado nuevos valores más culturales y gastronómicos, como “comer”, “las ramblas”, “Sagrada Família” o Gaudí.
Es por eso que el atractivo global de la ciudad ha aumentado de un 71% a un 79%, superior a ciudades como Amsterdam, San Francisco o Tel Aviv. Mientras que en 2011 el valor de Barcelona solo se centraba en el ámbito turístico, ahora se ha convertido en un buen lugar para vivir, pues se la ve como un sitio cosmopolita, cultural, moderno y abierto de mente.
También se evalúa como un buen lugar donde invertir por la solidez de la economía de la región, las infraestructuras, los centros universitarios y de negocios. Es referente es organización de ferias y congresos internacionales. Por no hablar de que es una de las ciudades mejor preparadas para el futuro tecnológico, no es baladí que sea la organizadora de la Mobile World Congress (MWC).
Una ciudad vibrante
Según el «Expat City Ranking 2018», Barcelona es una de las mejores ciudades del mundo para vivir si eres de fuera entre otros motivos porque se la vincula a la creatividad y el diseño, a talentos emergentes y estilo de vida, una ciudad a la moda. En cuanto a su carácter, es cálida, divertida, bonita, amigable y cultural…vibrante, adjetivo que no ha variado en los últimos años. Lo único malo a destacar es la pequeña delincuencia y los precios caros, las mismas que en 2011.
Esto es lo que las personas de fuera piensan de la capital catalana, pero ¿qué hay de lo/as barceloneses? Están orgulloso/as de donde viven y destacan su modernidad y el carácter amable, acogedor y abierto. Es, sin duda, la ciudad de los urbanitas inquietos y cumple todas las expectativas.
