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Andersen y la riada de 1862
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Después de comer salimos a la Rambla, que estaba concurridísima de paseantes en aquella hermosa tarde
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El París españolEl escritor danés Hans Christian Andersen (1805-1875) es conocido por sus cuentos. Sobre todo, La Sirenita y El Patito Feo. No obstante, de su obra literaria también destacan los libros de viajes. Durante su paso por España, recaló en el Hotel Oriente (entonces Fonda) en 1862. Dijo sentirse en al París español y fue testigo de una de las riadas más violentas que ha vivido la ciudad. Testigo privilegiado al hospedarse en el mítico establecimiento de La Rambla, paseo cuyo nombre proviene del árabe y significa cauce natural por donde discurren las aguas pluviales.
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La gran inundaciónGracias al libro Viaje por España podemos hacernos una idea de la tragedia ocasionada por la tormenta aquel 14 de septiembre de 1962: “Las calles empedradas de la Rambla eran un creciente y arrollador río. […] Incluso un carro desenganchado, cargado de porcelana, fue arrastrado por la corriente a varios metros de distancia. […] Se dijo que dentro de las iglesias cantaban misa los sacerdotes con el agua hasta la cintura”. Incluso describe la colocación de cuerdas entre los árboles de La Rambla para evitar que la gente fuese arrastrada por la corriente. O cómo unos jóvenes rescataban a una mujer tras perder el conocimiento.
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Como en casaPese a ser testigo del desastre, Andersen se llevó un grato recuerdo de su paso por la ciudad. En la Fonda Oriente se sintió como en casa. Y, de La Rambla, destacó la cantidad de gente que la transitaba. Tanta, que apuntó: “Incluso llegaban a desbordar las aceras muchos de los que se sentaban en las mesas de los grandes cafés”. Parecían seguir la moda que venía de París, aspecto este último que le llevó a comentar cómo alguno de los paseantes “parecía recortado de una revista de modas francesa”. Mantillas, peinetas y abanicos no escaparon a su análisis.


