Dicen que Barcelona es la ciudad más bonita de España después de Cádiz
Memorias de un turista
El verdadero nombre de este escritor francés nacido en Grenoble
es Henri Beyle (1783-1842). Entre sus obras más destacadas se
encuentran Rojo y Negro o La cartuja de Parma, además de una
gran cantidad de ensayos sobre importantes personajes del mundo
del arte. En 1837 publicó Memorias de un turista, donde reivindica
una mirada más personal alejada de las guías de viaje al uso. Es en
este libro donde aparecen sus impresiones sobre Barcelona, ciudad
en la que estuvo sólo 24 horas pero que le dejó un buen recuerdo.
Cautivado por La Rambla
Stendhal, pese al poco tiempo que pasó en Barcelona, calificó de
“placer inmenso” la comida que le sirvieron en el hotel Cuatro
Naciones de la Rambla. Y, respecto a dicho paseo, tampoco
escatimó elogios: “La Rambla me ha cautivado: es un bulevar
dispuesto de manera que los paseantes ocupan el centro, entre dos
filas de árboles muy bonitos. Los vehículos circulan por los dos
lados, a lo largo de las casas, y quedan separados de los árboles por
dos pequeños muros de tres pies de altura, gracias a los cuales
estos árboles quedan protegidos”.
Síndrome de Stendhal
Los efectos que produce en el visitante una sobreexposición a
creaciones artísticas de gran belleza fueron descritos de manera
magistral por el novelista, tras visitar Florencia en 1817. Desde
entonces se conoce esta enfermedad como el síndrome de
Stendhal. Aunque en Barcelona no padeció tales efectos, es
probable que durante la estancia recordase a su amiga
norteamericana Judith Downing, quien se casaría con uno de los
hombres más ricos de la ciudad: Josep Xifré. La misma que inspiró
a otros colegas como Gustave Flaubert o Prosper Mérimée.