Cuando bajas a La Rambla es inevitable fundirse con el mar de guiris que la recorren y terminar adoptando sus costumbres.

Hacer turismo en La Rambla es todo un must para los extranjeros que visitan Barcelona. No es baladí que sea el sitio más visitado de la ciudad. Si bien es sinónimo de historia, arte, cultura y arquitectura, también de selfies en la entrada de La Boqueria, sangrías que te atracan solo con mirarte y helados a precio de sangre de sangre de unicornio. Guiris y barceloneses caen en algunos tópicos y quien dice que no, miente. Estos son…

1. Beber del agua de Canaletas: cuenta la leyenda que si lo haces, volverás a Barcelona. Por eso, si vives, alguna vez la has probado para comprobar a qué sabe, aunque sea por perder una apuesta o ir con elevadas cantidades de alcohol en sangre.

2. Hacerte selfies al principio de La Rambla, en La Boqueria, en el Mosaico a Miró… en definitiva, hacer gala de un ego inabarcable en diferentes puntos del paseo.

3. Para eso necesitas un selfie stick, que posiblemente obtengas en un top manta por la pereza de buscar una tienda que lo venda.

4. Sentarte en una de las terrazas de la Plaça Reial: ¿quién puede resistirse al encanto de una plaza mayor? Sobre todo si tiene palmeras o farolas diseñadas por el mismísimo Gaudí.

farolas de la plaza real

 

5. Buscar la firma de Miró en el Mosaico del Pla de l’Os, aunque te lleve horas. 

6. Rendirte y conformarte con el (vano) intento de hacerle una foto en la que no salgan pies ajenos.

7. Comprar un smoothie de frutas en La Boqueria: sabes que el mercado de Las Ramblas por excelencia tiene carne, pescado y verdura de calidad. Sin embargo, alguna vez has caído en la tentación de comprarte uno de sus famosos zumos. Si es que tienen una pinta…

batidos de barcelona
Smoothies en La Boqueria.

8. Dejarte retratar por un artista: ni Marilyn Monroe o Brad Pitt se libran de los afilados bolígrafos de los caricaturistas de La Rambla. Tu tampoco has querido ser menos y en algún rincón de tu habitación, hay guardada una parodia de tu cara.

9. Subir al Monumento a Colón: la panorámica que ofrece de Barcelona no tiene precio y es un buen plan para sorprender al ligue de turno.

10. Comprar un souvenir pensando que es buena idea. Da igual que sea una taza o funda de móvil de Gaudí, un imán de la Sagrada Familia o un llavero con el Drac. La cuestión es que cuando llegues a casa te preguntarás por qué narices le hiciste eso a tu bolsillo.

rambla de santa mónica
El Monumento a Colón.

 

11. Pensar también que hacerte un bulbo en forma de pene también buena idea. Otro error. Para eso mejor un mini cactus.

12. Equivocarte de andén en la estación de Liceu: es de primero de Barcelona pero alguna vez te has despistado y la has liado (pollito).

13. Hacerte una foto con una de las estatuas vivientes de La Rambla y echarle unas moneditas para que se mueva.

liceu vida urbana
Parada de metro de Liceu.

 

14. Irte de compras al Maremagnum y pasear por la pasarela de la Rambla de Mar, uno de los sitios más románticos de Barcelona que existe.

15. Una ruta: te sorprendería saber lo que puedes aprender en las visitas por la ciudad que les preparan a los turistas o las tematizadas. Las hay de todos los temas: literaria, erótica, en formato yincana, de miedo…