El cine italiano denominado «giallo» es un subgénero del cine de terror, en el que el suspense y el componente psicológico de los personajes se combinaban con secuencias de asesinatos de gran impacto visual.

Este tipo de cine fue muy popular en Italia en las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, con directores de auténtico culto como Dario Argento y Mario Bava. De hecho, el giallo toma su nombre  de una colección de libros de bolsillo con la portada amarilla (giallo significa amarillo en italiano), realizada en Italia en los años veinte llamada Il Giallo Mondadori, que tuvo un gran éxito entre los lectores de novelas de misterio.

El ojo en la oscuridad: giallo italiano ambientada en Barcelona

Barcelona no fue ajena a esta popularidad, y en el año 1974 se rodó en la ciudad y en otras poblaciones catalanas la película Gatti rossi in un labirinto di vetro, comercializada el año siguiente en España con el título de El ojo en la oscuridad. Se trata de una producción italiana con participación de la productora catalana Estela Films, actualmente la más antigua en activo del panorama cinematográfico español. Fue dirigida por el italiano Umberto Lenzi, un destacado director de este subgénero, además de gran admirador del maestro Dario Argento.

Como no podía ser de otra manera, esta película sigue algunas de las pautas del giallo, con un asesino en serie, con sangre y violencia, pero a diferencia de la mayoría de estos filmes, huye de los escenarios cerrados, asfixiantes y nocturnos para ambientarla en una Barcelona soleada y de espacios abiertos. Además, Lenzi introduce un elemento original como es el color rojo del maníaco homicida. Normalmente, en este tipo de películas, los asesinos van vestidos de negro y utilizan guantes de látex oscuros, mientras que aquí el director nos muestra al psicópata con chubasquero y guantes de color rojo intenso, lo que le da a la producción un aire artístico innovador.

El filme nos presenta a un grupo de turistas norteamericanos de la ciudad de Burlington en el estado de Vermont (Estados Unidos) que llegan a Barcelona en un tour organizado. La estancia en la ciudad se verá dramáticamente alterada con la aparición de un misterioso personaje que asesina diversas chicas jóvenes del grupo con un cuchillo, a las que posteriormente les extrae el globo ocular izquierdo. La policía sospecha que el asesino es alguien del grupo, pero las muertes continúan y la tensión y la desconfianza entre los turistas norteamericanos va en aumento hasta el desenlace final. 

La Rambla es uno de los escenarios principales del filme

Entre los múltiples lugares de la ciudad que aparecen en la película, aquí destacaremos tres directamente relacionados con La Rambla. Precisamente, la popular avenida es el escenario de una de las secuencias iniciales del filme. Después de la llegada del grupo de turistas norteamericanos a la ciudad, uno de los primeros lugares que visitan es La Rambla. La película la muestra soleada, con una multitud de personas paseando en los dos sentidos, mientras los turistas protagonistas del filme pasean, hacen fotografías, admiran las obras plásticas de los artistas callejeros, miran las tiendas de flores o simplemente se dejan llevar por el trasiego del concurrido paseo.

Otro de los espacios icónicos de Barcelona, que no podía faltar en una película con un grupo de turistas como protagonistas, es el monumento a Colón. La primera secuencia del filme nos muestra un autocar, en el que viajan el grupo de turistas norteamericanos, con un guía que les relata los hechos y datos más significativos de la ciudad. En un momento determinado, vemos el autocar circulando por el paseo de Colón, en dirección al portal de la Pau, y desde el interior del vehículo el grupo puede admirar la esbelta columna de hierro que sustenta la figura de Cristóbal Colón.

Así como las dos secuencias comentadas transcurren en los primeros momentos de la película, en la que los personajes y la trama están en una fase de desarrollo inicial, la tercera escena es el punto de partida de la serie de asesinatos que marcan el devenir del filme. En concreto, la fachada de la iglesia de Santa Anna (a escasos 200 metros de La Rambla), y sobre todo la cruz de término que se encuentra en la plazoleta Ramon Amadeu, que da acceso a la iglesia, es el escenario para ambientar el primer asesinato a cargo del misterioso personaje. Después de ser apuñalada por una persona con un guante rojo, la joven víctima cae en el pedestal de la cruz. En una posterior escena se aprecian de nuevo la fachada de la iglesia y la cruz de término.

Uno de los objetivos de este proyecto tan personal del director Umberto Lenzi era modificar algunos de los esquemas habituales del cine giallo. La relación profesional y personal con el productor catalán Félix Tusell Gómez, propietario de Estela Films, con el que habían realizado algunos spaghetti westerns (westerns rodadas en España  e Italia) posibilitó la participación de éste, además de permitir que una parte muy significativa del filme se rodase en Barcelona y otras localidades costeras como Castelldefels y Sitges. La presencia de estos escenarios naturales consigue que los lugares cerrados, oscuros y asfixiantes típicos de los giallo se transformen en un entorno soleado, luminoso y abierto. Así pues, Barcelona se convierte en un protagonista más de una película que mantiene la tensión de este tipo de cine que tan buenos resultados dio a la taquilla italiana durante los años sesenta y setenta.

Eugeni Osácar, profesor titular del Campus de Turisme, Hosteleria i Gastronomia CETT-UB. Doctor en Didáctica de las Ciencias Sociales y del Patrimonio por la Universitat de Barcelona, es experto en turismo cultural y turismo cinematográfico. Entre sus múltiples publicaciones destaca el libro “Barcelona, una ciudad de película” (2018). Se trata de una nueva edición revisada y ampliada, con cinco nuevos capítulos.