Johnny, el Sheriff de Las Ramblas, es uno de los personajes de La Rambla que dio mucho que hablar en los años setenta.
Hay personajes de La Rambla que destacan por su dulce locura, como La Moños o por su espíritu reivindicativo, como Ocaña. El caso de Johny, el Sheriff de Las Ramblas, es una mezcla de los dos. Primero porque para qué negarlo, le faltaban un par de tornillos. Segundo, sus intenciones eran buenas: limpiar el calle de maleantes y bandidos.
Su verdadero nombre era Carlos Domènech. Nació en Montoro (Córdoba) en 1922. Se sabe que cuando tenía alrededor de 41 años emigró a Barcelona para ganarse la vida. Una de las pocas cosas que se saben de él era que trabajó como peón de albañil. Era la década de los sesenta y el sector de la construcción estaba en plena ebullición. No se sabe si esto es cierto. Lo que sí se puede asegurar es que tenía una enorme afición por el cine, especialmente por las películas del Oeste. De hecho, Doménech presumía de conocer todas las salas de Barcelona.
Un dato curioso: seis años antes, justo cuando Carlos Domènech llegó a Barcelona, nacía Quentin Tarantino. Si te preguntas qué tiene que ver, la respuesta es sencilla: el director de cine y el Sheriff de Las Ramblas compartían su pasión por el Western y gracias a ella, se han convertido en leyendas. Uno como maestro del séptimo arte y el otro, como esos personajes de La Rambla que nunca se olvidarán.
“Johnny, ¡está detrás del árbol!”
De esta pasión nacería su identidad de sheriff de Las Ramblas. Domènech se sentía identificado con actores como John Wayne, Gary Cooper y Clint Eastwood y como uno de sus sueños era ser intérprete, se puso manos a la obra para conseguirlo. Sus rondas por La Rambla empezaron a partir de 1969. De hecho, se hizo con unas pistolas de juguete, unas botas y unas cartucheras. También aprovechó su sombrero cordobés para añadir credibilidad a su personaje.
Cada domingo, Johnny paseaba Rambla arriba, Rambla abajo, para comprobar que todo estuviera en orden. Si le gritabas ¡Johnny, está detrás del árbol!, desenfundaba y disparaba al aire. Luego caía al suelo y se hacía el herido.
Los más veteranos de La Rambla recuerdan la mayor aventura de este sheriff. Esta fue un enfrentamiento con otro sheriff del barrio de la Barceloneta. Se retaron a un duelo a las puertas del cine Mar. La tensión se mascaba en el aire. Sin embargo, ninguno de ellos desenfundó. Sin ir más lejos, se limitaron a mirarse fijamente a los ojos. Está claro que Johnny ganó porque a su adversario no se le volvió a ver.
Johnny, el Sheriff de Las Ramblas, no faltó a su cita con la ley y el orden durante los agitados años setenta y ochenta. Su leyenda ha perdurado, Tanto, que ha inspirado a personajes de cómic. Ejemplo son el Vaquero de Jordi Pastor o Rambla arriba, Rambla abajo de Carlos Jiménez.