Este 2019 se celebra el ‘Año Brossa’ en honor a uno de los poetas más importantes de la literatura catalana.
Joan Brossa es una de esas figuras que están presentes en el día a día de Barcelona, aunque por desgracia no todo el mundo sepa quién es. Toda la ciudad está impregnada de su arte, desde la Catedral los jardines que llevan su nombre, pasando por supuesto por La Rambla. En 2019 se cumple un siglo de su nacimiento, por lo que para reivindicar y popularizar la figura del poeta visual se celebra el Año Brossa.

Durante este año la ciudad se convertirá en un escenario brossiano (bueno, más aún). A partir de abril diferentes entidades culturales programarán más de 50 actividades entre charlas y talleres alrededor de la figura del polifacético artista. Habrá recitales, charlas, clubs de lectura, teatro callejero, exposiciones, charlas, talleres creativos y magia. El objetivo es “popularizar” la figura de Joan Brossa, tan presente en la vida de lo/as barcelonese/as pero a la vez, tan desconocida.

Uno de los platos fuertes del Año Brossa será la exposición ‘Joan Brossa i la poesia experimental‘, en la nueva sede de la Fundación Joan Brossa (carrer de La Seca,2) . También se celebrará un festival de arte y poesía y el remate lo pondrá la exposición de Poesía Brossa, que ya albergó el MACBA en 2017.
Lo cierto es que aún hay que pulir el programa del Año Brossa. En palabras de Vicenç Altaió, presidente de la Fundació, cuentan con un “presupuesto cero” y que habrá que tirar de “imaginación poética” y otros recursos, como la ayuda del Ayuntamiento de Barcelona o de la Generalitat.

El poeta vanguardista
Joan Brossa (Barcelona, 19 de enero de 1919 – 30 de diciembre de 1998) es el poeta de vanguardia catalán más importante del siglo XX. Llevaba una mentalidad queer en el arte, pues para él los géneros no existían, no distinguía entre poesía, literatura, pintura, teatro, circo, magia o escultura. Es por ese motivo que ha dejado un legado de esculturas, poemas, relatos o ilustraciones.

Empezó a escribir a los 17 años mientras combatía en la Guerra Civil. En los años cuarenta contactó con artistas como el poeta J.V. Foix, que le influyó muchísimo, Joan Prats y Joan Miró. Entre estas compañías y su interés por las obras de Freud, se dio cuenta de que podía sacarle provecho a su subconsciente y empezó a experimentar con sus primeros poemas visuales.
Durante los años cincuenta mostró un gran compromiso por la sociedad catalana, asfixiada por el franquismo. Dejó de lado el subconsciente para explicar la cotidianidad de una oscura realidad política.
En los sesenta, Brossa se da cuenta de que las letras pueden contar historias de múltiples formas, entre ellas la visual. Ve arte en el espacio en blanco que deja cada sílaba, cada palabra. Las arranca del papel y las convierte en arte.
Esto le convertirá en un poeta de renombre a partir de los años ochenta, sobre todo a partir de la exposición “Exposición antológica de poesía visual y poemas objeto” en la Fundación Miró de 1986. A partir de entonces le pedirán encargos no solo en Cataluña, sino en el extranjero. Por eso sus obras también pueden verse en Alemania o Cuba.

Imagen destacada: Fundación Joan Sabadell