Huye del calor y la xafogor y tómate unas cañas (y lo que surja) en las mejores terrazas de Barcelona.
En verano nos volvemos un poco vampiros. Por la mañana nos pegamos al aire acondicionado o el ventilador para no morir derretido/as. Nada de planes que impliquen salirse de una sala refrigerada. Es al caer el sol cuando las calles se llenan de vida. Aprovecha esas buenas temperaturas para tomar algo en algunas de las mejores terrazas de Barcelona ¿Nos falta alguna?
La Botiga
Dónde: Gran Via de les Corts Catalanes, 373.
Está en la parte más alta del centro comercial Las Arenas, por lo que ofrece una panorámica increíble sobre la Plaça de Espanya. La carta es sencilla, con platos hechos con ingredientes de temporada. Por Atrápalo tienes un buen menú que, por 18€, incluye propuestas como croquetas de gorgonzola y nueces, Entrecot de buey a la parrilla con un toque de sal de sésamo y unas patatas fritas o Hamburguesa casera de ternera bruna con sorpresa de queso de cabra.
Restaurante Jardín del Alma
Dónde: carrer de Mallorca, 271.
El Alma es un hotel de lujo que recupera la idea de Ildefonso Cerdà de que todas las manzanas de Barcelona tuvieran un jardín interior. Merece la pena refugiarse en este oasis verde de paz y tranquilidad en pleno trajín del Passeig de Gràcia. Si además te apetece darte un capricho, por 49€ tienes un menú degustación digno de final de MasterChef.
El Cercle
Dirección: carrer dels Arcs, 5.
Su premisa es gastronomía, arte y cultura. No en vano, es el restaurante del Reial Cercle Artistic de Barcelona, donde se gestó buena parte del modernismo catalán. En cuanto a la carta, encontrarás cocina catalana, japonesa y sugerencias del cheff como arroz de almejas de Carril y alcachofas del Prat, “Fricandó” con senderuelas y parmentier con trufa negra o Boletus a la brasa con butifarra del Perol y ajos asados.
Café d’Estiu
Dónde: Museu Frederic Marés.
El jardín de este museo recibe el nombre de El Vergel y alberga una de esas terrazas magnéticas en las que podrías quedarte a vivir. Un rincón de paz para desconectar del barullo del Gótico y Las Ramblas.
Roba Estesa
Dónde: carrer de Sant Sever, 5.
A pocos pasos de la Catedral de Barcelona se encuentra el Hotel Neri, cuya terraza es uno de los jardines urbanos más encantadores de la ciudad. Un lugar perfecto para disfrutar de un gin-tonic mientras admiras la arquitectura del Barrio (neo)Gótico.
Caseta del Migdia
Dónde: Mirador del Migdia.
Si buscas un lugar para ser romántico/a nivel experto, te recomendamos uno de los secretos mejor guardados de Montjuïc. Llegar hasta aquí es algo aparatoso (hay que coger metro/funicular, bus y andar) pero merece muchísimo la pena. Puedes disfrutar de unas vistas espectaculares de Barcelona mientras escuchas funky, flamenco o rumba de fondo.
B Lounge Barceló Raval
Dirección: Rambla del Raval 17-21.
Lo mencionamos en nuestro artículo sobre los mejores brunch de Barcelona. La panorámica que ofrece del Raval es increíble y si vas por Atrápalo, tienes una oferta de menús bastante económica.
Jardín de la Casa de Ignaci Puig
Dirección: Carrer d’en Quintana, 4.
Es uno de esos sitios escondidos del Barrio Gótico que no todo el mundo conoce. Un verdadero oasis muy cerquita de Las Ramblas. Se llega atravesando el Hotel Petit Palace Opera, siendo un lugar idóneo para pedirse una bebida y sentarse a contemplar los árboles y las magnolias.
Terraza Flax & Kale
Dirección: carrer dels Tallers, 74b
Del Flax&Kale hemos mencionado que es uno de los restaurantes más healthy de la ciudad, pero omitimos su terraza: moderna y fresquita. Muy acorde con su lema de “sé feliz y vive mejor”. El 80% de los platos de su carta tiene una base vegetal (es el primer flexiteriano de Barcelona) y puedes llevarte a la boca delicatessen como los ravioli artesanos de espelta o la lasagna vegana.
Torre Rosa
Dirección: Carrer de Francesc Tàrrega, 22
Su pasión es la coctelería y lo demuestran con creces, ya que ponen mucho cuidado a la hora de elaborar sus combinados. Pero su encanto no termina ahí, pues se encuentra en una mansión indiana de principios de siglo. Palmeras centenarias y el aire impregnado en el aroma de jazmín forman el escenario ideal para una noche mágica.