El presupuesto no suele dar para visitar la Casa Batlló y La Pedrera en un mismo día. Te ayudamos a decidirte por uno de los dos edificios de Gaudí…O ambos.

Visitar una Barcelona buena, bonita y especialmente barata es difícil, pero no imposible. Un presupuesto ajustado requiere tomar decisiones como si elegir un alojamiento con cocina en vez de comer fuera o qué obras de Gaudí merecen más la pena. Aquí surge el eterno debate entre si hacer un esfuerzo y pagar por la Casa Batlló y La Pedrera o seleccionar una de ellas.

Cada edificio tiene su encanto, no hay uno mejor o peor. Te dejamos con algunas de las características que los hacen especiales para ayudarte a tomar la decisión.

barcelona in a weekend
Las Casas Amatillier y Batlló, protagonistas de la Manzana de la Discordia de Barcelona.

 

7 razones para visitar la Casa Batlló

1. La entrada es más cara (22,9€ la general) y tienes que seleccionar un horario de visita. Es una de las pocas quejas que viajero/as y locales tienen al respecto.

2. La Casa Batlló es una maravilla por dentro y por fuera. Si ya la fachada te deja boquiabierto/a, espera a descubrir su interior.

3. Es un edificio con vida. La parte exterior emula a un dragón— los azulejos son las escamas, los balcones los huesos del animal y arriba se encuentra su lomo—y en la interior hay elementos como una escalera en forma de columna vertebral o el patio interior, que emula el color del mar.

casa batllo y la pedrera
El patio interior de la Casa Batlló evoca el agua del mar.

 

4. Cada habitación es única y está llena de sorpresas. El salón de la Planta Noble, por ejemplo, es uno de los espacios más fotografiados. Sorprende por su iluminación, la interacción de los colores de las vidrieras con la luz del sol y la hipnótica lámpara dorada que convierte el techo en un remolino.

5. Su diseño ergonómico, presente en las sillas o las manivelas de las ventanas que se adaptan al tamaño de la mano.

6. Las golfas, habitaciones que servían de trasteros o almacenes. Te hacen sentir como Alicia en el País de las Maravillas.

7. Y, por supuesto, la colorida azotea. No solo sorprenden las vistas al Passeig de Gràcia, sino su diseño. No solo es carnaza de Instagram y postureo viajero, también está repleta de detalles que la convierten en una de las terrazas más bonitas que existen en Barcelona.

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Salón de la Planta Noble de la Casa Batlló.
7 razones para visitar La Pedrera o Casa Milá

1. La entrada es más económica que la Casa Batlló (22€ la general) y al ser un espacio más grande, el público está mejor repartido.

2. Impactante por fuera, ya que contrasta con el resto de edificios del Passeig de Gràcia. De hecho, su diseño era tan radical que escandalizó a la sociedad barcelonesa de la época (y al Ayuntamiento, ya que se saltó un pelín la normativa urbanística ocupando más aceda de la permitida). Aun así, su verdadera belleza reside en el interior.

3. La Pedrera mantiene la decoración original de principios de siglo XX, lo que permite descubrir cómo vivía la burguesía de la época. Dónde comía, dormía, pasaba las horas muertas o hacía aguas mayores.

casa batllo y la pedrera
El tejado de La Pedrera.

 

4. Tiene un recorrido histórico interesantísimo. Además de ser la residencia de la familia Milá, ha estado ocupada por un mercadillo, un bingo, una pensión y hasta una casa de citas. La Casa Milá no solo es que ves, sino las anécdotas que hay en cada una de sus esquinas.

5. Habitaciones y salas a destacar: el hall, el patio interior o el desván, marcado por sus arcos catenarios.

6.Hay un museo en el edificio que explica las técnicas y fuentes de inspiración que utilizó Gaudí para sus obras, como la Sagrada Familia, la Casa Batlló o la cripta de la Colonia Güell.

7. La azotea es impresionante. Lo que más destaca son los diseños de sus chimeneas, guardianas del edificio. Estas tienen forma de copa, Rey o casco corintio. Anécdota, los cascos de los Soldados Imperiales de Star Wars están inspirados en estos diseños.

Casa Batlló y La Pedrera.
Las chimeneas de La Pedrera.
Más allá de la Casa Batlló y La Pedrera

Decidas lo que decidas, no puedes irte de Barcelona sin terminar de recorrer el Passeig de Gràcia hasta Plaça de Catalunya. Desde ahí, es obligatorio que recorras los 1,2 kilómetros que forman La Rambla. Ahí encontrarás dos obras desconocidas de Gaudí, básicas para entender por qué se convirtió en el padre del modernismo catalán: las farolas de la Plaça Reial y el Palau Güell. Este no te costará más de 12€, es Gaudí en estado puro y además, no hay tanta afluencia de público. Por cierto, si estás en modo muy low cost, que sepas que es gratis los primeros domingos de mes.

Museos de Barcelona.
Entrada del Palau Güell, en La Rambla.